Solo para conspiranoicos
Dos artículos que pueden leerse juntos… o no.
Escrito por José Miguel Ruiz Valls
UNA OPINIÓN URGENTE
Supongo que todos hemos ido adquiriendo consciencia de la gravedad del problema, de forma gradual y progresiva, a medida que accedíamos a más y más información. Mientras tanto, el tiempo ha ido pasando, y la realidad de hoy, es que todos los afectados están viviendo en un ambiente insalubre, en el que las enfermedades (físicas y psíquicas) están empezando a proliferar.
Entender que “la salud es lo primero” me lleva a considerar que la solución, a día de hoy, puede no ser la que imaginamos el primer día. Entonces pensamos en ayudar con inmediatez: En rescatar a personas que se estaban ahogando y en proporcionar agua a personas que se quedaron sin suministro. Y no pensamos mal ya que, gracias a los víveres que aportamos casi todos, hoy pueden decir, muchos afectados, que siguen vivos.
Pero el caso es que, acabada esa fase de primera urgencia entramos en otra fase, que bien podemos llamar la fase de putrefacción (Y creo que no hace falta entrar en detalles). La cuestión es ¿Por qué esas personas tienen que seguir viviendo en un ambiente insalubre? ¿Para qué pagamos una administración pública?
En mi humilde opinión, hay una solución posible e inmediata al problema. Se trata de seguir tres puntos muy concretos que son los siguientes:
Primer punto: Se ofrece, a todos los afectados, la posibilidad de residir en un hotel, mientras duren las tareas de limpieza, con cargo a la administración. Es algo que la administración no puede negar: En primer lugar porque lo ha hecho con muchos inmigrantes, en segundo lugar porque ha sido el malfuncionamiento de la administración (autonómica y estatal) lo que ha causado el problema (Lo ha reconocido hasta la reina) y, en tercer lugar, porque el propio presidente del gobierno se comprometió a aportar los recursos que se le soliciten, recalcando que no iba a poner ninguna pega.
Segundo punto: Se manda a la policía (Y/o al ejército) a acordonar y vigilar la zona afectada, para evitar expolios mientras duren las tareas de limpieza. Es cierto que la zona es grande pero España es mucho más grande y bien supieron acordonarla por la supuesta pandemia. En cualquier caso, la administración se compromete a indemnizar los perjuicios que puedan producirse por falta de vigilancia.
Punto tercero: Se manda, a limpiar la zona, a los profesionales de la limpieza que trabajan para la administración. Los ciudadanos pagamos impuestos para pagar a esos profesionales. La administración tiene la obligación de entregar limpias la calles, los edificios y los campos, y será en ese momento cuando cese su obligación de costear el alojamiento y transporte de las personas desplazadas.
Nota: Dada la constatada y recalcitrante dejación de funciones, por parte de las distintas administraciones, y en previsión de que sigan negándose a afrontar sus responsabilidades y haya que instar el auxilio judicial, no estaría de más crear un fondo, a fin de que los negocios hosteleros que colaboren, puedan cobrar los servicios que presten a los afectados, previa expedición de las correspondientes facturas. A día de hoy, hay personas que, gracias a su influencia mediática, aseguran haber recaudado importantes cantidades. (Algunos de ellos, millonarias). Es un dinero que bien podría servir para iniciar este programa, sin demora. También se podría crear un registro en donde puedan inscribirse los ciudadanos que estén dispuestos a acoger temporalmente, en sus hogares, a cualquier afectado que sienta la necesidad de salir de la zona insalubre.
Es mi opinión, que expongo y someto a la consideración de cualquier experto en gestión de catástrofes (Yo no lo soy), con la única intención de contribuir en la solución de un problema, que entiendo, no solo afecta a los que residen en la zona insalubre pues también doy por supuesto que, a todos, nos sabría mejor la comida, de no tener que ver a nuestros compatriotas comiendo entre el fango.
SOLO PARA CONSPIRANOICOS
En el anterior artículo, que titulé “Una opinión urgente”, intenté dar las razones (Sin entrar en conspiranoias) por las que entiendo que los afectados por la riada deberían trasladarse hasta que la administración les devuelva limpios sus bienes, valorando la posibilidad de enfermar, física o psíquicamente.
En mi opinión, son razones suficientes, que valen para cualquiera (que puede entender hasta la mente más woke); no obstante voy a dar, en este artículo, un razonamiento nuevo, que solo entenderán los amantes de las conspiraciones. Ruego pues, a quién no lo sea, que deje la lectura en este punto. Avisado queda ¡Y quién avisa no es traidor!
La teoría conspirativa en cuestión, viene a decir que nuestros políticos están preparando una nueva encerrona y que si niegan la adecuada atención a los afectados es porque esperan que, en algún momento, brote del fango una enfermedad infecciosa, que les servirá de excusa para hacernos pasar, otra vez, por donde nos hicieron pasar con la excusa del “pandemonium”, o por sitios peores.
¿Hay alguna prueba que la respalde? El hecho de negar una adecuada asistencia a los afectados ya sería una prueba, y también el hecho de rehusar la ayuda de otros países, y el hecho de intentar disuadir a los voluntarios, y el hecho de que el gobierno intente quitarle importancia a convivir con cadáveres (Nos obligaron a usar máscara para evitar el aire de los vivos y ahora dicen que no es para tanto, respirar el de los muertos). ¿Y qué decir del hecho de que abrieran las compuertas del embalse? La cuestión es ¿Cuantas pruebas hacen falta para corroborar una teoría conspiratoria? Unas cuantas, si son débiles, o una sola, si es fuerte, me dirás. ¿Eran débiles las que acabo de exponer? Pues hay una que puede ser muy fuerte; y digo “puede” porque ¿quién sino uno mismo determina lo que es fuerte para uno mismo?
El pasado cinco de noviembre, el Tribunal Constitucional publicó la nota informativa 108/24 (Que se puede descargar desde su propia página web) aclarando la sentencia por la que declaró inconstitucional aquella ley gallega con la que Feijoo intentó imponer la vacunación obligatoria. ¿Significa que ganaron, otra vez, los antivacunas? Pues no, ya que el TC rechaza la vacunación obligatoria pero no por atentar contra los derechos humanos sino por simple error de forma. Sus señorías entienden que la ley gallega está mal hecha porque la vacunación obligatoria solo puede imponerse con una ley orgánica. ¿Cuantos votos hacen falta para aprobar una ley orgánica? Mayoría absoluta ¡La mitad más uno! ¿Cuantos suman azules, rojos y adláteres? ¿No manifestaron todos estar a favor de imponer tal obligación? ¿Cuántos suman todos menos VOX? (Y no lo digo por hacerle propaganda sino porque fue quién recurrió la ley gallega).
-Claro está que, si los afectados abandonaran el escenario malsano, los farsantes se quedarían con un escenario sin actores, y sin posibilidad por tanto, de continuar la farsa-. Acaban diciendo los conspiranoicos. Pero el caso es que, si la gente se va y les deja sin epidemia y sin excusa para su dictadura; si esa dictadura no se produce ¿Cómo puede probar un conspiranoico que fue su teoría la que lo evitó? ¡No se puede probar lo que nunca ocurrió! Es por eso que la conspiranoia nunca será una ciencia, porque la ciencia solo tiene en cuenta hechos consumados. En cualquier caso, yo entiendo que evitar el mal olor ya es razón suficiente para salir pitando de la zona inundada, pero no deja de ser una opinión particular pues ¿quién sino uno mismo determina lo que es fuerte para uno mismo?
José Miguel Ruiz Valls