¿Qué es la iluminación? – José Miguel Ruiz Valls
- La opinión de José Miguel Ruiz Valls, escritor y colaborador habitual de euskalnews.com
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¿QUÉ ES LA ILUMINACIÓN?
Cada vez que te asombras, estás conociendo algo nuevo. La novedad y el asombro van de la mano, siempre. No hay conocimiento nuevo sin asombro; y donde no hay conocimiento nuevo hay aburrimiento (Muerte mental).
No puede haber nada más incompatible que aburrimiento y asombro. Uno y otro no pueden coexistir, no pueden convivir; y si no pueden, es obvio que, para que uno viva, el otro debe morir. El aburrimiento es el previsible efecto de cerrar las puertas al asombro pero el asombro no es, ni puede ser, previsible.
Un ser aburrido es un ser que da la espalda al asombro, es un ser que colabora con una sociedad obsesionada en que todo sea previsible, planificable, y eso es una ilusión, pues lo único que se puede predecir, y no del todo, es el movimiento de una rueda, de un engranaje, de una máquina. La evolución mental (La única evolución real, la única que puedes constatar realmente) está hecha de asombro. Donde no hay asombro no hay conocimiento nuevo y no hay, por tanto, evolución. Donde no hay asombro hay repetición, hay patrones, ritos, protocolos con los que se pretende detener la evolución, parar lo que se mueve, parar la vida; y eso es la muerte mental (La única muerte real, la única que puedes constatar realmente).
Es asombroso descubrir que no hay asombros buenos y malos; que todo asombro precede a todo pensamiento y es anterior, por tanto, a cualquier juicio. Es después de asombrarte cuando sueles pensar -El asombro que me ha producido esta puesta de sol me gusta, me lo quedo- o -El asombro que me produce leer este texto no me gusta, lo rechazo- pero eso es otra ilusión pues el asombro que pretendes rechazar ya se produjo y ya cumplió su función.
Cuando dejas de juzgar y, por tanto, de pretender rechazar, abandonas la ilusión. Entonces la realidad, que siempre estuvo ahí, que no había que buscar sino simplemente aceptar, se hace evidente. ¡Te das cuenta de que buscabas lo mismo que ocultabas! Cuando dejas de juzgar, eso es, de pensar “me gusta” y “me disgusta”, permites que te alcance todo asombro. Entonces los asombros se multiplican, y tu vida se va volviendo más y más asombrosa y menos y menos aburrida.
Y en uno de esos asombrosos momentos, te das cuenta de que asombro y creación van de la mano, siempre. Te das cuenta de que el lenguaje divino es la creación y comprendes que el plan de Dios siempre fue asombrarte. Te das cuenta de que, con cada asombro, fuiste conociendo a Dios y de que el plan diabólico fue tratar de matar el asombro con repeticiones. Hay quién llama a ese momento “iluminación”, por ser un término que se opone a “ocultismo”; hay quién lo llama “realización”, por ser un término opuesto a “fantasía” y hay quién lo llama “resucitar”, por ser un contrario a la “la muerte en vida” (La única que puedes constatar realmente). Lo llames de una forma u otra, lo importante es que se trata de ese momento sagrado en el que el Diablo se reconcilia con Dios, al comprender que, contra la sorpresa, fueron vanos todos sus planes. Es por eso que hay quién lo llama también “rendición”.
El me gusta y no me gusta también se puede interpretar como una opinión…caras por cierto en los sombríos tiempos en los que nos encontramos. Si…sí..ya sabemos que al final del túnel hay Luz…. cara…eso sí. Gracias por el artículo.
No se puede inferir que el alcohol sea sano, del hecho de que todos tienen derecho (y deben tenerlo) a beber como no se puede inferir que opinar sea sano, por el hecho de que todos tenemos (y debemos tener) derecho a hacerlo. Gracias por tu comentario.