Según publica Maribel M. para el medio digital “Caso Aislado“, es habitual que tras cada atentado yihadista, las autoridades acuden al autor del ataque de «tener problemas mentales», pero en esta ocasión, el blanqueamiento del terrorista, un refugiado afgano, que habría nacido en 1986, ha ido a un nivel superior.

Según han confirmado las primeras evaluaciones psiquiátricas a las que ha sido sometido, siempre según las propias fuentes sanitarias, el afgano detenido por matar a una persona y dejar otras nueve heridas, presenta un «estado psicótico con delirios paranoides de temática mística y religiosa».

Según ha explicado el fiscal de Lyon, Nicolas Jacquet, este joven afgano, cuyo año de nacimiento no está confirmado, «había escuchado voces que insultaban a Dios y que le ordenaban matar».

Como era de esperar, este análisis psicológico del terrorista ha provocado una mezcla de indignación y burlas por parte de los ciudadanos, que no entienden cómo las autoridades «siguen blanqueando» a este tipo de terroristas: «Lo de terroristas islámico lo dejamos para la gente normal, que nos entendamos entre nosotros», decían en Twitter.

Otros directamente piden acabar con los blanqueamientos de los yihadistas: «Parad ya con estos blanqueamientos, muchas gracias».