Leve sanción para un Guardia Civil musulmán que humilló a una camarera por no seguir el Islam y llevar tatuajes
Ocho meses de suspensión de empleo es la ridícula sanción que ha recibido un guardia civil musulmán de Melilla que acosó y humilló a una camarera. Los hechos fueron especialmente graves ya que los cometió estando de servicio.
El agente le dijo que se “quemaría en el infierno” ya que llevaba un tatuaje en el brazo. Por si esto no fuera poco le dijo que llevaba “el demonio dentro” por no seguir el Corán.
Este comportamiento medieval y radical es totalmente inaceptable en alguien que representa a la Guardia Civil y debería ser expulsado directamente del cuerpo. Pese a que el agente recurrió la sanción, el Tribunal Supremo la ha confirmado.
En la sentencia también queda probado que el agente islamista dijo a la camarera que “lloraría lágrimas de sangre” y que “su cuerpo era prestado por Dios”. También le recriminó “imitar comportamientos de los cristianos”.
La joven sufrió un ataque de ansiedad debido a la intimidación que ejerció sobre ella el agente.