Los toques de queda no son para combatir la pandemia, sino para que la Policía descanse – La opinión de Patxi Lázaro
- La opinión de Patxi Lázaro, colaborador de euskalnews.com
- Enlace a su cuenta en Facebook: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=203276294699983&id=100050528416194
LOS TOQUES DE QUEDA NO SON PARA COMBATIR LA PANDEMIA, SINO PARA QUE LA POLICÍA DESCANSE
Entre todas las medidas de la normativa impuesta como parte de nuestro ineficiente sistema de gestión del Covid-19, la más estúpida, contraproducente y extemporanea es el toque de queda durante las horas nocturnas y de madrugada. Ningún experto la valora como un procedimiento eficaz para reducir la tasa de contagios. No se entiende cómo la aplicación de un recurso dictatorial típico de otros tiempos puede contribuir en lo más mínimo a la profilaxis sanitaria (por la noche no suele haber casi nadie en las calles, y las pocas personas que hay van a lo suyo y mantienen unas distancias de seguridad considerables). Por consiguiente, y partiendo del supuesto de que nuestra élite política aun no se ha vuelto del todo imbécil, tiene que haber otra razón. Y desde luego la hay. La respuesta es tan simple que me extraña que en estos momentos no haya más gente discutiendo sobre el tema.
Después de los sanitarios, las fuerzas del orden son el colectivo más vapuleado por la crisis del Coronavirus. En Euskadi, que además partía de una situación de paz social -apenas perturbada por los famosos “casos aislados” de los últimos años-, el choque ha tenido que ser mucho más doloroso. De la noche a la mañana, Ertzaintza y Policías Municipales se vieron obligadas no solo a realizar turnos extraordinarios, sino también una variedad de tareas impopulares y altamente estresantes para las cuales no estaban preparadas: controlar a la población, imponer sanciones por motivos nimios, utilizar los megáfonos de sus coches para lanzar mensajes estúpidos, pelearse con conductores, jubilados, inmigrantes, repartidores, camareros, propietarios de negocios y otros elementos subversivos por el estilo. Con una plantilla envejecida y gran parte de los agentes contagiados por el Covid-19, resulta fácil entender que Ertzaintza, Policía Municipal y otros cuerpos del orden se encuentren ahora totalmente quemados y al borde de la huelga.
Deteniendo por decreto toda la vida nocturna de una gran ciudad, se reduce drásticamente la cantidad de efectivos necesarios para asegurar su orden. Coon las calles vacías, un solo coche de patrulla puede vigilar todo el Ensanche de Bilbao. Esto no solo permite que las dotaciones descansen durante la noche. También proporciona flexibilidad para configurar los turnos del día siguiente.
Los toques de queda son la única medida a la que el poder público encuentra factible recurrir para evitar el colapso del único colectivo en el que puede apoyarse para la ejecución de su estúpida política de gestión del Coronavirus, basada en medidas gubernativas por falta de capacidad organizativa y científica para resolver el problema con otros procedimientos más eficaces y acordes con la naturaleza del problema. Esta carencia explica por qué la Euskadi nacionalista, en otros tiempos tan pagada de su particularismo, cumple a rajatabla las hojas de ruta que Pedro Sánchez le pone encima de la mesa. Si hay algo que se le de bien a un vasco, es eso de ser más papistas que el papa.