Totalitarismo covidiano al nivel más extremo. Si hace unas semanas mencionamos el caso extremo de Gambia, hoy tenemos que desplazarnos hasta Cambodia para apreciar cómo las locuras que vamos exportando desde el supuesto primer mundo (no será en cuanto a libertades y en el caso de Europa, económicamente hace tiempo que dejó de ser el primer mundo) se convierten en algo todavía más peligroso en países en los que la vida humana vale lo mismo que nada.

Resulta que la nueva legislación adoptada en Cambodia convertiría la violación de las medidas contra el coronavirus en un delito grave punible con hasta dos décadas tras las rejas, según informa Channel News Asia.

Esta estricta ley ha sido criticada como una forma de reprimir la disidencia. Aprobada por unanimidad por el parlamento del país el viernes, la ley exige una sentencia de tres años de prisión para quienes incumplan las órdenes de cuarentena y hasta veinte años de cárcel para cualquier grupo que propague intencionalmente el virus chino.

Mam Bunheng, ministro de Salud de Cambodia, elogió la ley como una forma de «proteger la salud pública». Los críticos afirman que la ley es excesiva y que el gobierno puede utilizarla para reprimir a los opositores políticos. Human Rights Watch (HRW) dijo en un comunicado que la legislación «erosionará aún más los derechos de activistas y disidentes».

“La imposición de penas ridículamente severas por infracciones de Covid-19 va en contra de los principios de salud pública y derechos humanos”, dijo el subdirector de HRW para Asia, Phil Robertson, en un comunicado.

Esta legislación fue aprobada días después de que el líder opositor exiliado Sam Rainsy fuera sentenciado en ausencia a 25 años de cárcel por un presunto complot para derrocar al primer ministro Hun Sen, que ha gobernado Cambodia durante casi cuatro décadas.

Redacción de euskalnews.com