Más totalitarismo en Euskadi. Más totalitarismo covidiano vinculado a esos medicamentos experimentales a los que llaman vacunas. Resulta que el Gobierno Vasco ha elevado una consulta al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) para ver si es posible pedir el pasaporte COVID «en locales de ocio nocturno» y restaurantes de más de 50 comensales.

El Gobierno vasco ha pedido autorización al TSJPV para poder utilizar el denominado “pasaporte COVID” en Euskadi, que indica una vacunación completa o la existencia de una prueba PCR negativa (términos del oficialismo, no nuestros). Se aplicaría en locales de ocio nocturno, en conciertos y restaurantes de más de 50 comensales y a personas en edad de vacunación (repetimos, términos del oficialismo), es decir, de más de 12 años.

Al margen de la evidente discriminación que eso genera en los no vacunados, cabe a destacar que resulta llamativo que el supuesto objetivo del mencionado pasaporte covid se aplicaría con fines diferentes a los que se concibió, es decir, el “viajar con seguridad” (no es de nuestra cosecha) entre países pertenecientes a la Unión Europea. Ahora pretenden usarlo para limitar el acceso a los no vacunados (hoy en día, unos valientes, visto lo visto) a una discoteca o a comer un pintxo en el bar de abajo.

Las escusas de la consejera, una tapadera. Como siempre. “No vamos bien y tenemos que tomar medidas”, ha afirmado dubitativamente la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. Todo ello sin evidencia científica alguna que respalde sus afirmaciones. Ni siquiera en base a esos datos oficiales claramente manipulados con las pruebas PCR, las cuales hasta el propio Elon Musk demostró que fallan más que una escopeta de feria.

La medida, que ya se aplica (en la práctica, de manera bastante regular) en Galicia y Catalunya, no sólo es un completo despropósito a nivel jurídico, sino que encima representa uno de los mayores atentados cometidos contra los derechos y libertades fundamentales desde que los miembros de esta redacción tenemos uso de razón.

Es evidente que Urkullu pretende evitarse conflictos con los jueces como los que ha tenido en el pasado, como los que ha tenido con Luis Garrido y el resto de los magistrados de la sala tercera de lo contencioso del TSJPV que él preside. Algunos de los decretos firmados por Lakua han sido rechazados después por los tribunales, como el cierre de la hostelería en los municipios en zona roja o las restricciones al público en los estadios de fútbol. Y podríamos contar muchos más, pero seguramente ya estaréis al tanto de los mismos.