“Artimañas semánticas” – Yolanda Azkuenaga
- La opinión de Yolanda Azkuenaga Zabala
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Artimañas semánticas
Han pasado más de veinte años de aquel verano en el que cuatro amigos disfrutábamos de unos días en un camping de Tarifa. En una de esas calurosas tardes en la que se dispone de la energía justa como para pasar de la posición horizontal de la toalla al chapuzón de la piscina, al salir del agua me fijé en un cartel que decía: “Prohibido el desnudo integral”. Y yo que siempre fui reacia a las prohibiciones y un tanto curiosa para detectar errores semánticos, sin pensármelo dos veces y haciendo uso de ese descaro que aflora a una edad en la que casi todo resulta cómico o inquisidor, me quité la parte de abajo del bikini y me quedé únicamente con la de arriba.
Nadie dijo nada hasta que las carcajadas de mis amigos alertaron al socorrista de que algo pasaba, y éste al verme, se acercó para pedirme que me vistiera -le faltó decir decentemente-, porque no se podía estar así. Le expliqué que no infringía ninguna norma, ya que cumplía rigurosamente con lo que ponía en el cartel, pero mis argumentos no le resultaron convincentes y me tuve que “vestir”. Fin de la gracia.
Nunca entenderé ese afán por tener que cumplir ciertas normas sin ningún tipo de cuestionamiento; y más, cuando estas carecen de sentido y están basadas en esa moralina que apesta por parte delos que se creen en posición de decretar lo que está permitido y lo que no, y que pasándose por el forro los límites del respeto y sin el menor escrúpulo, se atreven a etiquetar, desprestigiar y coaccionar a todo aquel que manifiesta una posición distinta a la que sus limitadas mentes son incapaces de concebir amparados por la ley del decretazo del ordeno y mando.
En una era donde para bien y para mal todo queda registrado, no hay más que tirar de hemeroteca para detectartodas las contradicciones, incoherencias y delitos de abuso de poder que se han cometidoy que ponen de manifiesto que la falacia que rodea al relato Covid-vomitivo,cae por su propio peso, pese a todas las artimañas semánticas delas ridículas normas disfrazadas de leyes, que según crece la bola, cada vez son más difíciles de sostener.
Yolanda Azkuenaga.
Muy bueno.
Ahora lo que está prohibido es pensar por cuenta propia, un riesgo cada vez más peligroso.
Hay que salvar y salvarse a uno mismo con venenos de amor falsificados, ejerciendo el filicidio paternal de amor pastoral, para llevar a los vaátagos hacia el matadero inoculatorio del MON.
Un acto de amor papal, se me encoje el corazón presionado por un pericardio cada vez mas creciente, y pericarditis divina, a la vez que veo esos pericardios tan jóvenes latiendo con heridas de salvación.
Loado sea dios.
Lo que se prohíbe ahora es pensar diferente al rebaño… Y lo que es peor, es el propio rebaño el que te acusa y te discrimina.