HUMANO CONTRA HUMANO
HUMANO CONTRA HUMANO
Cuando algo alcanza la categoría de “vox-populi”, solo un loco se atreve a cuestionarlo. Por ejemplo, si yo dijera que ‘El Quijote’ es un libro pésimo (que no lo digo), muchos rasgarían sus vestiduras aunque pocos lo hayan leído.
Algo parecido ocurre con “El Origen de las Especies” de Charles Darwin; y digo parecido y no igual, porque este sí es, probablemente, el libro más pésimo que se ha escrito nunca, y el que más pésimas consecuencias ha tenido para la humanidad.
Como el propio autor declaró en las primeras páginas, su objetivo era demostrar la realidad de una “lucha por la existencia entre todos los seres orgánicos del mundo” (Que es como decir que su objetivo era perpetuar la dualidad, demostrar que el ser humano es conflictivo, por naturaleza, y la paz es antinatural) y seguía diciendo “es esta la doctrina de Malthus aplicada al conjunto de los reinos animal y vegetal”.
En cuanto a Malthus, basta decir que defendía la inutilidad de ayudar a los pobres y la utilidad de las guerras como método de control de la población; pero cuando se lució de verdad, fue cuando predijo que la humanidad se extinguiría en 1880.
Darwin dejó escrito: “Sé perfectamente que apenas se discute, en este libro, un solo punto acerca del cual no puedan aducirse HECHOS que, con frecuencia, llevan, al parecer, a conclusiones directamente opuestas a las que yo he llegado () Sin duda se habrán deslizado errores () No puedo dar aquí referencias y textos en favor de mis diversas afirmaciones”.
También dejó escrito: “Nadie debe sentirse sorprendido por lo mucho que queda todavía INEXPLICADO sobre el origen de las especies”. Admitió que completar su obra le llevaría aún muchos años, que “Este resumen que publico ahora tiene que ser necesariamente IMPERFECTO”, pero que “he sido instado para que publique”.
¿Quién instó a Darwin a publicar precipitadamente su obra? ¿Por qué? La respuesta nos la da otro hombre, llamado Adam Smith, que por la misma época sentó las bases del liberalismo con su teoría de ‘la mano invisible’, que no es más que el darwinismo aplicado a la economía (Curiosamente también publicó incompleta su obra “La riqueza de las naciones”).
La propaganda hizo el resto. Todos los periodistas saben que si repiten mil veces una gran mentira la convierten en una gran verdad. ¡Es así como se fabrica la ‘vox-populi’! La mentira de Smith justificó, económicamente, la codicia de los especuladores y la mentira de Darwin la justificó moralmente. Desde entonces, los fabricantes de miseria ya no tienen que preocuparse por ser rechazados en el “Cielo”, pues no son ellos los que causan el hambre en el mundo, sino ‘la mano invisible’, la ‘selección natural’.
Y así fue, como el egoísmo cambió su nombre por individualismo. Así fue como el canibalismo cambió su nombre por capitalismo. El resultado, una sociedad enferma de soledad. Un mundo que agoniza por negar la pulsión, de todo ser humano, de unirse a otros ¡Por negar el amor!
Apéndice: Entonces, si la teoría evolucionista es falsa, si no somos producto del azar ¿Debemos creer que fuimos fabricados con barro? No, el error es creer, y también lo cometieron los evolucionistas. La Ley de la Conservación de la Energía (No teoría como el evolucionismo), afirma que “Toda la materia es energía y la energía no se crea ni si destruye”. La propia ciencia (Física) reconoce pues que somos increados, eternos (y que la teoría del Big Bang -el evolucionismo aplicado al cosmos- también es una falsedad). ¿Hijos de Dios? ¿Apéndices de Dios? ¿Avatares de Dios? Dilo como quieras. Jesús prefería decir “Yo soy Dios y todos somos lo mismo”.
José Miguel Ruiz Valls