Taiwán tiene su sede la empresa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) que, como ya hemos explicado, es la principal empresa fabricante de semiconductores del mundo. Por sí sola, la empresa taiwanesa suministra más de la mitad de la producción mundial de microprocesadores, según informa mpr21.
El porcentaje es del 61 por cien, si consideramos sólo los chips de 16 nanómetros, los más avanzados del mundo. Las mayores empresas tecnológicas (Apple, Qualcomm), dependen de TSMC.
A su director, Mark Liu, le ha entrevistado la CNN con motivo del viaje de Nancy Pelosy a la isla y ha amenazado con volar “todas sus instalaciones industriales” si China invade la provincia. También afirmó que si Pekín invade Taiwán, la economía china se paralizará.
En una entrevista en dos partes y emitida el lunes por la cadena de televisión estadounidense, Liu advirtió que una invasión de Taiwán por parte de China dejaría “inoperativas” las instalaciones industriales de TSMC.
“Nadie puede controlar TSMC por la fuerza”, añadió. “Si se utiliza la fuerza militar o si hay una invasión, las instalaciones de TSMC quedarán inoperativas”, advirtió (1).
En el territorio continental China sólo fabrica una sexta parte de los componentes electrónicos que necesita y depende en gran medida de TSMC. Estados Unidos y Europa sólo suministran cada uno el 10 por cien de la producción mundial, y el 80 por cien restante se fabrica en Asia por empresas como Samsung en Corea del Sur y Smic en China. Pero todas ellas quedan a la sombra del monopolio taiwanés de los semiconductores.
Enviando a Pelosi a Taiwán, Estados Unidos ha desafiado a China a cumplir las amenazas que ha venido profiriendo desde hace semanas.
El interés estratégico de TSMC fue estudiado por dos profesores de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos que, en noviembre del año pasado, idearon una forma de convencer a China de que renunciara a invadir Taiwán: destruir las fábricas de semiconductores (2).
Hablamos, pues, de economía de guerra y de que Taiwán tiene un arma de disuasión masiva. Para China apoderarse de TSMC no significa nada porque la empresa sólo funciona si está interconectada al mercado mundial, dijo Liu en su entrevista con la CNN.
El cabecilla de TSMC predijo un futuro sombrío para China si pierde el suministro de los componentes más avanzados. Pekín tendrá que pensárselo dos veces antes de embarcarse en una invasión.
Por su parte, ayer China envió una nueva salva de avisos a Estados Unidos, que deberá asumir la “responsabilidad” de la visita a Taiwán de Pelosi. Tendrá que “pagar el precio”, declaró a la prensa la portavoz diplomática Hua Chunying.
Si China decidiera invadir Taiwán, los especialistas de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos repiten el mismo prejuicio estratégico que en la Guerra de Ucrania: China llevaría a cabo una guerra relámpago de 14 horas de duración, mientras que la reacción de Estados Unidos y Japón sería de 24 horas. Por eso la Marina de Guerra estadounidense realiza maniobras militares continuamente en las proximidades del teatro de operaciones.
La semana pasada, el ejército taiwanés realizó sus mayores ejercicios militares anuales.
El domingo China también organizó maniobras militares con munición real en el estrecho de Taiwán. Además. está realizando otros ejercicios en otras zonas marítimas del país.
De momento, las previsiones del Pentágono no se cumplen ya que tras la salida de Pelosi, China no ha iniciado una guerra relámpago sino más bien lo contrario: un bloqueo naval y aéreo.
(1) https://www.tomshardware.com/news/chairman-nobody-can-control-tsmc-by-force
(2) Jared M. McKinney y Peter Harris, Broken Nest: Deterring China from Invading Taiwan, Parameters, núm. 51, 4, pgs. 23 a 36 doi:10.55540/0031-1723.3089