COGE EL DINERO Y CORRE

Uno de los primeros casos de “repentinitis” que conocí, sucedió en el pueblo en el que resido actualmente. Era una chica que alcanzó cierta fama como deportista, por lo que cabía presumir que estaba sana como un pez. Me enteré que, tras su fallecimiento, el alcalde le ofreció, al padre, una indemnización. -¿Una indemnización?.. Qué considerado ¿No?- Pues no, porque el negocio tenía su trampa: Era dinero a cambio de aceptar que la causa de la muerte de su hija fue Kobit; era por tanto, renunciar a averiguar la verdadera causa de la muerte; era por tanto, abandonar toda idea de hacer justicia; era por tanto, colaborar con los verdugos, interesados en tapar todo aquello que puede perturbar el diabólico programa de inoculación masiva.

Ingenuo de mi, pensé que un padre, teniendo el cuerpo presente de su hija, no accedería a tal perverso trueque. Conseguí su teléfono y le llamé. Le dije que escribía para dos periódicos y que podía lograr que mucha gente conociera la historia. Cual fue mi sorpresa, cuando aquel hombre, con el que nunca antes tuve trato, se puso a gritarme y a amenazarme. – ¡Ni se te ocurra escribir una palabra sobre el tema! – Me dijo y acto seguido me colgó. Era evidente que había optado por vender su alma al diablo. Muchos meses después, me doy cuenta de que aquello no fue un caso aislado; me doy cuenta de que, casos como ese, se están dando, a diario, en todo el país.

Pongámonos, por un momento, en la piel de los padres, hijes y esposes de les muertes: Luchar contra la casta, asumiendo de entrada, que llevas las de perder, o coger el dinero que te ofrecen y echar a correr ¿Tú que harías? Supongo que el padre de la chica pensó que es mejor ser ‘práctico’. Al fin y al cabo dice el refrán que “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Supongo que, parte de la recompensa, la habrá dedicado, el padre, a comprarle una buena lápida a su hija. ¿Tú que hubieras hecho?

Mientras tanto, el diabólico programa de inoculación sigue adelante, y siguen los casos de muerte súbita, y siguen los políticos comprando almas para el diablo. Solo podrían pararlo aquellos dispuestos a luchar contra el sistema, es decir, aquellos que no se dejan corromper por el vil metal. ¿Eres tú uno de ellos? ¿O esperas que, pronto, en tu familia, caiga una buena indemnización, que te permita hartarte de bollería? Todos sabemos que Jesús dijo “No solo de pan vive el hombre” pero ¿sabemos todos qué quiso decir con ello? Tal vez, esta distopía que estamos viviendo, nos depare la mejor ocasión para averiguarlo.

José Miguel Ruiz Valls