• Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo, divulgador científico, director y guionista de cine documental, escritor y profesor en la Universidad Complutense (Madrid)
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DISIDE Y VENDERÁS

Apreciados aulladores; cuidado con el salseo disidente, los que dedican casi todo su tiempo “rebelde” a ser inquisidores de asuntos internos en busca de purezas para dar carnets de buenos y malos, están dividiendo y haciendo mucho daño al sembrar dudas sobre los primeros espadas ¡qué casualidad! que son los que hacen avanzar el frente de verdad. El campo a conquistar está delante, con la opinión pública normal, la gente que no está en canales de Telegram ni en círculos cerrados de endogamia “disidente”.

Los que necesitan contenidos semanales para poder hablar de algo en sus canales de pago y no estudian papers ni se documentan de lo último, se centran en criticar a los que están ocupados en lo importante. Están poniendo palos en las ruedas del avance de la verdad creando tribus de Taifas, sembrando dudas, haciendo ruido y confundiendo a los despiertos de buena fe, muchos de los cuales, sin darse cuenta, se han enganchado a ese Salsa Rosa constante de criticar a los que miran de frente y no tienen tiempo para darse la vuelta ni cuidar los flancos.

Estamos en un momento crucial, tenemos que SEGUIR avanzando entre la gente normal, no hay tiempo que perder criticándonos unos a otros. Si algunos lo hacen, dejen de seguirlos, no apoyen a los que viven de atacar a otros; curiosamente suelen ser muchos de los que ya han profesionalizado su “disidencia” y muchos a costa de erosionar la credibilidad justo de los que los despertaron a ellos en su momento.

Sé que es tentador, divertido, leer cotilleos de muchos de nosotros, de cada movimiento que hacemos, de cada foto actual o antigua que alguien busca. Cazando fantasmas, haciendo que descubren conspiraciones dentro de la conspiración.

Curioso que todos los disidentes serios españoles les resulten sospechosos, sin embargo adoran a los de nombre en inglés o en alemán, que les hacen parecer informados.

En realidad se han quedado atrás hace tiempo, pero como ya viven de esto y no entienden los papers de biomedicina, deben crear sus propios contenidos rebuscando en el pasado de los que van delante a ver si encuentran algún titular que llevarse a la boca. Ellos están sobreviviendo, cada uno es libre de ganarse la vida como pueda, pero ustedes, los que los apoyan y siguen, quizá debieran reflexionar acerca de si es muy ético entrar a difundir este tipo de comadreo criticón en el cual no nos salvamos ninguno.

Yo personalmente hace tiempo que dejé de hacerles caso, pero siguen y siguen, vuelven de vez en cuando, y me preocupa que las personas buenas que entran tímidamente por aquí ahora por primera vez, se encuentren jaurías poniendo a caldo a los que tratan de seguir porque los vieron ahí fuera.

Los inquisidores se meten con todo. No les gustan los documentales si no están ellos, no les gustan los libros que se convierten en best sellers, no les gustan los congresos y eventos multitudinarios, no les gustan las entrevistas en televisiones ni canales que no sean los suyos… ¡se mueren de envidia cuando salen otros!

Están metidos en un onanismo disidente endogámico con miles de seguidores a los que dirijo este escrito ¿de verdad creen los seguidores que eso ayuda a la causa?

Todos somos masones, controlados, vendidos… menos ellos claro.

Si usted está en esta duda, una vez más son las jirafas las que nos pueden ayudar.
Aunque usted admire profundamente a su líder disidente favorito, al que visita a diario y lee todos los comentarios bajo sus publicaciones, pregúntese si alguien lo conoce FUERA de esa burbuja, hable con su vacuñao a ver si sabe quién es. Si lo que encuentra es que se trata de predicadores de una sola parroquia cuya labor no trasciende ni permea a la sociedad civil, además viven de ello, y encima son promotores de campañas de descrédito contra biólogos y médicos españoles o hispanos que sí son conocidos internacionalmente, tiene todas las papeleras para ser el Hola o el Diez Minutos de la rebeldía profesional impostada.

¿Qué consiguen? Que muchos de los de verdad se acaben cansando y renuncien a seguir, ya hay varios casos muy notorios, grandes líderes de verdad valiosos a los que hemos perdido o están de perfil bajo por culpa de estos ataques internos tan dolorosos.

Hay gente que fue valiosa en un primer momento de guerra de guerrillas en el que cualquier voluntario era bienvenido porque éramos cuatro, pero que ahora le han cogido el gusto a un liderazgo que no conocían en sus vidas prepandémicas y se niegan a dejar las armas al ejército regular, profesional, que debe tomar el relevo. Se han gustado, no se han visto en otra, dejaron hace tiempo de luchar por la causa para hacerlo para sí mismos.

Si ayudan a que el frente avance, bienvenidos sean, pero si se dedican a dispararnos por la espalda a los que estamos mirando para adelante para conseguir más territorio, están haciéndole el juego al NOM, a la Big Pharma y a la Agenda, igual que los que los siguen.

Lo preocupante es que crecen, cada vez son más, pero son siempre los mismos seguidores, los roban de otros canales a otros sin crear nuevos, no consiguen fichajes desde el pueblo no despierto. Parasitan seguidores siendo agresivos, no hacen avanzar a la disidencia en terreno sin conquistar.

Me recuerdan a las hienas que le roban la presa al leopardo después de que este la cazó.

No me pregunten, porque no hablo de nadie en concreto, sino de decenas de canales parásitos, con nombres altisonantes, y muchos de ellos administrados de forma anónima. Y a los que vamos con nuestro nombre, apellidos, cara y biografía reales nos caen por todas partes, somos auditados en busca de lo que sea.

Sepan que esto no es gratis, como dije antes están tirando la toalla muchos de los de verdad, agotados, asqueados de recibir ataques e insultos constantes tras haber sido pioneros desinteresados y cualificados.

Por mi parte eso no ocurrirá jamás porque soy divulgador científico desde hace 25 años, ya era bastante conocido antes en el mundo de la naturaleza y la conservación, hice 130 documentales y me enfrenté a la mafia del cine español, a la mafia ecologista, a la mafia animalista y a muchos chupópteros desde hace decenios. Para mí esto es parte de mi trabajo desde siempre.

Tengo la espalda dura y llena de puñaladas de colegas. Pero me da mucha pena que estemos perdiendo a generales valiosos por culpa de partisanos rebeldes que no supieron saber cuándo dejaron de ayudar y empezaron a perjudicar. Un aullido.