Escrito por la Dra. Natalia Prego Cancelo

Hallazgos alarmantes en los datos de ensayos clínicos de la vacuna COVID-19 de Moderna plantean serias dudas sobre el riesgo y su seguridad

Muertes tras la vacunación: La falta de autopsias genera preocupación. Eventos adversos graves: Parálisis de Bell, herpes zóster y más

En un giro sorprendente, el grupo conservador **Defending the Republic (DTR)** ha obtenido y divulgado casi 15,000 páginas de datos de ensayos clínicos de la vacuna COVID-19 de Moderna, lo que ha generado una intensa controversia sobre la seguridad de la vacuna. La obtención de estos datos se logró gracias a una demanda exitosa presentada bajo la **Ley de Libertad de Información (FOIA)** contra la **Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA)**.

Los documentos obtenidos, la primera divulgación significativa de datos de ensayos clínicos de la vacuna COVID-19 de Moderna, arrojan luz sobre importantes aspectos relacionados con la seguridad y los eventos adversos asociados con la vacuna Spikevax, como se le conoce comercialmente.

Uno de los hallazgos más alarmantes presentados por DTR es la revelación de las causas de muerte en personas que recibieron la vacuna. Según los datos, 16 personas murieron después de recibir la vacuna de Moderna. Sin embargo, sorprendentemente, solo se realizaron dos autopsias para estas muertes, mientras que en cinco casos no se llevaron a cabo autopsias, y en otros nueve casos, el estado de la autopsia era desconocido. El grupo afirma que esto plantea serias dudas sobre la evaluación adecuada de la relación entre la vacuna y los fallecimientos.

Entre los casos examinados, DTR destacó el de una mujer de 56 años que sufrió una “muerte súbita” 182 días después de recibir la segunda dosis de la vacuna Moderna. A pesar de la falta de una autopsia, los investigadores involucrados no indagaron en la posibilidad de que la vacuna pudiera haber estado involucrada en su fallecimiento.

Además de los problemas con las autopsias, los datos revelan numerosos casos de eventos adversos graves y trastornos neurológicos potencialmente asociados con la vacuna. Entre ellos se encuentran participantes diagnosticados con parálisis de Bell y herpes zóster después de la vacunación, con varios de estos casos ocurriendo en un plazo de solo 10 días después de recibir la vacuna.

El grupo DTR también destacó que varios participantes del ensayo experimentaron ataques cardíacos, embolias pulmonares y abortos espontáneos después de recibir la vacuna. Estos eventos adversos plantean interrogantes sobre la seguridad de la vacuna y han llevado a los expertos a cuestionar el rigor del análisis de seguridad realizado por la FDA antes de la aprobación.

Los hallazgos obtenidos por DTR a través de la FOIA han desatado un debate público sobre la seguridad de la vacuna COVID-19 de Moderna. La falta de minuciosidad en los ensayos clínicos, la escasa realización de autopsias y la aparición de eventos adversos graves cuestionan la aprobación de la vacuna por parte de la FDA. Mientras tanto, los expertos y las autoridades sanitarias deberían de estar ya, evaluando cuidadosamente estos datos para determinar que hay motivos para preocuparse y tomar medidas. Los efectosb adversos graves nos hacen cuestionar la aprobación de la vacuna por parte de la FDA, EMA, la TGA etc. . Es evidente que hay motivos para preocuparse y tomar medidas adecuadas para garantizar la seguridad. La propaganda sobre la seguridad de las vacunas continúa, y es evidente que las decisiones no se están basando en evidencia sólida. La protección de la Vida de las personas está por encima de todos los derechos que puedan haber adquirido las agencias reguladoras en materia de salud pública.