- Escrito por Alberto García Freire
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TRAMPAS DE POLARIZACIÓN
Se supone que ese cambio de percepción que tanto predicamos conlleva dejar de tomar partido por posiciones establecidas y ser capaces de formar ideas propias. Sin embargo van surgiendo distintas polémicas y nos posicionamos rápidamente compartiendo declaraciones, reproches, memes, etc. que alimentan un lado de la balanza.
Esas polémicas suelen producirse en ámbitos que consideramos que forman parte del adoctrinamiento, la distracción, el engaño… y entramos al trapo sin problema. ¿Entramos a la partida para acabar con el juego o nos han puesto un anzuelo y hemos picado?
Llegamos incluso a considerar ejemplos de rebeldía a personajes que se ve a la legua de que calaña son, y si no se ve claramente, buscando un poco de información encontramos cosas muy sospechosas.
Tal y como nos han programado a través de los medios de desinformación, empleamos con soltura la burla y el menosprecio. Los agentes y sicarios del nuevo orden seguramente se lo merecen, pero no me parece que lo importante sea su actitud sino la nuestra. Si hablamos con desprecio de quienes apoyan y promueven la agenda deshumanizadora, muy probablemente lo haremos también de cualquiera que no piense exactamente igual que nosotros.
Asumiendo la dificultad de aplicación en la vida cotidiana, en mi opinión lo ideal sería la actitud firme y tranquila de quién ha tomado una decisión consciente y no necesita que le den la razón o le aplaudan, ni tampoco necesita hundir a otros en la miseria para mantenerse a flote porque ya ha salido de la ciénaga por sus propios medios.
Si se parara de repente la carrera de fondo hacia la distopía, ¿seríamos capaces de convivir admitiendo y respetando nuestras diferencias y buscando formas de colaboración?
Yo tengo serias dudas… me estaré dejando llevar por el pesimismo.
Alberto García Freire
No es Pesimismo , es Realismo…Buen comentario.
Su estrategia está encaminada en hacer estallar la olla a presión de manera incontrolada con el propósito, entre otros muchos, de tapar sus crímenes. Ello explica la saña con la que se esmeran en pudrirnos la vida y arrebatarnos cualquier punto de referencia o de repliegue para poder, desde la cordura, tomarnos un impasse sosegado para la reflexión y el análisis. Están logrando inocular en cada ser humano stress, desasosiego, mal estar,
aislamiento emocional, incertidumbre, desazón, desconfianza, desesperación, irritación, auto-odio colectivo y una creciente y ensordecedora ira interna. Todo ello constituye la semilla del todos contra todos que esperan, brote de sus inefables propósitos, seguros como lo están, de que no se producirá una reacción colectiva que permitiese transformar toda esa energía negativa en una fuente libertadora que canalizase su fuerza y vitalidad en neutralizar a los responsables de esta hecatombe humanitaria en ciernes.