Es el típico pensamiento mágico del Pepero. Siempre ensoñando con la llegada de su gran líder a lomos de su unicornio alado que vendrá a salvarlos a todos. Ahí también están los voxaleros. Mentes tragacionistas incapaces de liderar sus jodidas vidas. Conducta infantil y mesiánica.

Al margen de los navajazos que se quieran dar entre los diferentes sectores de la derecha lo verdaderamente vergonzoso de todo este lío es la excusa con muchos visos de ser verdad, para empezar la cacería.
Y es que el hermano se ha lucrado en plena pandemia con la venta de mascarillas. Hay muchos que se han lucrado, pero que sea el hermano de la presidenta es vomitivo.
Y es que hay mucho comercial aprovecharemos en todos los lados, son un puto cáncer yo los pasaba a todos por la piedra. Y generalmente suelen ser simpáticos, “emprendedores” (txorizos diría yo) y cuñaos.
No son más que mierda, reflejo de la sociedad capitalista decrépita en la que vivimos. Y encima hay hooligans que van a manifas a defenderlos.
Si Casado fuese sincero (que no lo es) en sus declaraciones sobre el tráfico de influencias hasta me parecería que hace algo ejemplar por una vez.