A la redacción de euskalnews.com le ha parecido interesante el siguiente escrito publicado por el bilbaino Patxi Lázaro en su cuenta de Facebook. Lo publicamos de manera literal y al final del artículo incluimos el link del Facebook del autor del escrito:

MENAS ACAMPAN BAJO EL PUENTE EUSKALDUNA DE BILBAO

Abrid El Correo Español en su edición de hoy y leed ese artículo que describe las andanzas de los menores extranjeros no acompañados a los que, por haber cumplido los 18 años, se les acaba el subsidio de la Diputación Foral y se quedan literalmente en la calle, sin otra perspectiva que la delincuencia o la colonización de nuestro espacio público con improvisados campamentos de tiendas de campaña y chabolas. ¡En pleno centro de Bilbao! ¡Y justo al lado de nuestros más preciados proyectos urbanísticos de futuro!

Culpa de esto la tienen las instituciones que nosotros mismos pagamos con nuestros impuestos. Naturalmente existen programas para que los jóvenes inmigrantes puedan formarse profesionalmente en dependencias del sistema educativo vasco. Pero, AUNQUE PAREZCA MENTIRA, NO EXISTE UNA FÓRMULA ADMINISTRATIVA QUE CUBRA LOS 3 O 4 MESES QUE MEDIAN ENTRE LA FECHA EN QUE SE ALCANZA LA MAYORÍA DE EDAD Y EL MOMENTO DE INICIAR LOS CICLOS DE FORMACIÓN PROFESIONAL.

Hasta que la burocracia del Gobierno Vasco termina el papeleo, los MENAs y otros adolescentes extranjeros se encuentran, literalmente, EN LA PUTA CALLE. Las consecuencias de esta incompetencia funcionarial vasca la pagan no solo ellos, sino el ciudadano que tiene que soportar las molestias derivadas de este fallo sistémico de la administración.

Considerémoslo con objetividad, huyendo de cualquier enfoque demagógico: cada uno de esos menas le cuesta a las arcas públicas entre 3.700 y 4.500 euros MENSUALES. Esto no me lo invento yo, es el resultado de dividir la partida presupuestaria dedicada a los centros de acogida de Bizkaia entre el número de adolescentes tutelados por las instituciones. Y uno se pregunta, en ese pack económico, al menos CINCO o SEIS veces superior al que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco dedica a cada escolar autóctono, ¿no va incluida al menos una fórmula que permita sortear el paso entre la minoría de edad y la vida adulta?

Los vascos se enorgullecen de la buena gestión de su clase política y la capacidad organizativa de sus instituciones. ¿Es esto un mito? ¿Realmente impera aquí la misma chapucería funcionarial que en el resto de España y buena parte de Europa? Cada vez hay una parte mayor de la ciudadanía que lo ve así. Luego nos extrañamos de que cada vez haya más gente que vota a Vox.

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