Los dirigentes del actual Gobierno Vasco tienen más cara que espalda. No tienen nada que ver con la seriedad ofrecida por los diferentes ejecutivos vascos que presidieron Ajuria Enea durante el siglo XX o los que lideraron la Lehendakaritza en el exilio. Nada que ver, de verdad. No importa que seas nacionalista o consitucionalista, de derechas o izquierdas, del Athletic o de la Real… da exactamente igual. Es una realidad que al margen de la ideología de cada uno, se trata de un hecho innegable: no son serios.

Resulta que Gotzone Sagardui, la consejera de Salud que está haciendo buena a la incompetente de su predecesora, Nekane Murga, sigue fomentando la política del miedo desde su butaca institucional. A pesar de que ella misma admite que la situación epidemiológica «ha mejorado sensiblemente en los últimos 15 días» (no es que haya bajado, es que directamente han hecho menos tests PCR, los cuales fallan más que una escopeta de feria.

A juicio de Sagardui, existe un «riesgo evidente de iniciar un crecimiento». Evidentemente, como es habitual, no ha mostrado ninguna prueba o evidencia científica. «Hemos avanzado mucho y el objetivo ahora es no retroceder. Hay que seguir manteniendo la prudencia y las medidas de prevención» porque Euskadi está «en un momento decisivo, en una meseta y con riesgo evidente de iniciar un crecimiento», ha dicho la consejera. En otras palabras, que sigáis tragando sus incomprensibles restricciones totalitarias dignas de épocas de guerra.

Siguen sin recuperar la Atención Primaria

A pesar de lo comentado, los jetas del Gobierno Vasco no van a recuperar la presencialidad en la Atención Primaria que reclama una mayoría de la sociedad vasca. Incluso la borregada que aplaude cada vez que les limitan derechos y libertades. Pero nada cambia: seguirán tomándonos el pelo con la atención teléfonica, la cual es, cuando menos, de risa.

«No es momento de autocomplacencia, aún queda mucha tarea por realizar», ha afirmado con todo su rostro Sagardui a modo escusa.

Asimismo, la consejera menos cualificada para su puesto de todo el ejecutivo vasco, no ha dudado en mentir al afirmar que la mascarilla es una de las «más efectivas» restricciones y que su uso debe continuar porque la situación en Euskadi «no permite plantear» lo contrario. Evidentemente, todo lo que ha afirmado se encuentra absolutamente alejado de cualquier evidencia científica que demuestre la veracidad de lo que se afirma. Typical politician… en versión jeltzale. Pero en la versión triste, por supuesto.

Redacción de euskalnews.com