“Carta abierta (primera parte)” – Olga Ordóñez
- Escrito por Olga Ordóñez
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“Carta abierta (primera parte)”
En primer lugar, quisiera agradecer a Euskalnews la labor que está realizando desde hace tiempo. Es uno de los medios en los que aún se pueden leer artículos no contaminados por las versiones oficiales que pretenden imponer a toda la población, negando todo debate y culpabilizando a todas aquellas personas honradas que piensan de forma diferente y exponen, argumentándolas, sus opiniones.
En segundo lugar, me dirijo a todos aquellos especialistas en diferentes materias, y a los ciudadanos en general, que desde sus variadas posiciones están defendiendo nuestras libertades en España y en el mundo entero.
Comenzaré hablando del ambiente opresivo en el que hemos vivido y seguimos viviendo, tras alrededor de 19 meses en los que sólo saliendo a la calle, y viéndome rodeada aún de mascarillas, me siento agredida.
Mientras tanto hay quiénes me dicen que han llevado y llevan una vida normal. Yo les tengo que recordar el porqué no es verdad. Quizás sea más práctico resignarse y auto engañarse, pero yo no puedo admitirlo cuando mi instinto y mi razón se rebelan, cuando veo cómo nuestros derechos civiles están siendo pisoteados.
No debería sorprenderme lo que está sucediendo, pues esto ha pasado a lo largo de la historia en todos los regímenes totalitarios, pero nunca pensé que lo vería en una Europa democrática a la que, como sigamos así, de democrática sólo le va a quedar el nombre, pues mi percepción es la de que estamos en una dictadura. A esto se le añade la sensación de estar en mitad de una guerra silenciosa (sin bombas, ni balas silbando) en la que una gran parte de la población está como abducida, aceptándolo todo como si fuera un dogma de fe. Ahora, hasta pretenden obligarnos a ponernos unas mal llamadas vacunas, de las que ni los laboratorios farmacéuticos se responsabilizan, y mucha gente lo acepta pensando que así se van a salvar de una “muerte inminente” y, sobre todo, con la firme convicción de que es la única forma de recuperar su libertad. Un chantaje canallesco de los Estados con sus Sistemas de Salud implicados.
Las herramientas usadas por los Estados son propias de dictaduras: no poderse mover libremente por el propio país ni fuera de él, toques de queda, confinamientos, desplazamientos sólo de “trabajadores esenciales” (denominación que me pone los pelos de punta), eliminación del medio de subsistencia (pequeñas y medianas empresas) de montones de familias llevándolas a la ruina económica, control férreo de la prensa, restricción de debates en los medios de comunicación, denominación de bulo o noticia falsa a todo el que no siga las directrices oficiales (y, de este modo, conseguir acallar a la disidencia), uniformizar y humillar a la gente con una mascarilla, eliminar el derecho de reunión o limitarlo a un número reducido de personas, uso de medidas contradictorias que favorecen el maltrato; y un largo etcétera de medidas represivas, cuyo objetivo es una sociedad obediente y sumisa para poderla controlar; y me temo que no precisamente por motivos altruistas.
Esta carta es una muestra de que hay personas en el mundo que sentimos cómo nuestras libertades están siendo pisoteadas y nuestros derechos vulnerados, usando la mentira y la coacción.
Olga Ordóñez
Si, Olga, pero hablar de ‘europa democrática’ cuando como mucho es partidocrática, y de ‘españa’, un estado que no reconoce su plurinacionalidad, debilita mucho tu muy interesante critica.
Estimado Karlo
Con respecto a su comentario, además de agradecérselo, le diré lo siguiente:
La Europa que conocíamos no era ni mucho menos perfecta; pero digamos que podíamos respirar, término que, con respecto al tema que nos ocupa, nos va como anillo al dedo.
Con respecto a la partidocracia, considero que los partidos políticos llevan años dando un espectáculo lamentable, ignorando lo prometido a sus electores y no mirando por el interés general de su país, pactando en muchos casos hasta con el demonio -si con ello consiguen llegar al poder (o mantenerse en él)- para acaparar el mayor número de prebendas posibles.
Y con respecto a la “plurinacionalidad”, se podría escribir un libro; pero le diré que para mí sólo supone una deformación semántica del lenguaje, con fines interesados y usada para lo que todos sabemos.
Un saludo
Completamente de acuerdo contigo Querida Olga, así me siento yo también….es una plandemia que forma parte de su agenda 20/30 o así… otra mierda que pretenden imponer para llevar a cabo la mayoría de los planes que citas en tú carta. Si no son capaces de quitarse la mascarilla en la calle a estas alturas??? Qué más se puede esperar??? Sobreviviremos y haremos , algunas..todo lo que esté en nuestras manos y en nuestro corazón. Muchas gracias y un cálido abrazo.
Esa “plurinacionalidad” de la que hablas ¿No fue otra forma de dividirnos?
Estimado José Miguel
En primer lugar, decirle que leo asiduamente sus estupendos artículos, con esa personalidad que los caracteriza y que yo definiría como didáctica.
Aunque el comentario sobre la “plurinacionalidad” no va dirigido a mi persona concretamente, me gustaría decirle que para mí, como le he comentado a dicho lector, la “plurinacionalidad” sólo supone una deformación semántica del lenguaje con fines interesados y usada para lo que todos sabemos”.
Yo creo en lo que usted apunta con su pregunta, pues considero que en ese término está la semilla para crear la desunión. Una vez rotos los vínculos, los carroñeros estarán prestos a actuar.
“Curiosamente”, a algunos globalistas poderosos (que lo que buscan es el control para aumentar su dosis de poder y de riqueza) les gusta mucho el término.
Un saludo
Gracias Azucena por su comentario y por compartir su opinión.
A mí también me sorprende y horroriza que ni tan siquiera se quiten la mascarilla en la calle; y que lleguen al extremo de llevarla puesta estando solos en la punta de un monte o en la playa ¡hasta ese punto de sumisión hemos llegado!
Esperemos que la gente vaya reaccionando…
Le envío un saludo afectuoso.
Gracias Azucena por su comentario y por compartir su opinión.
A mí también me sorprende y horroriza que ni tan siquiera se quiten la mascarilla en la calle; y que lleguen incluso al extremo de llevarla puesta estando solos en la punta de un monte o en la playa.
Esperemos que la gente vaya reaccionando…
Le envío un saludo afectuoso
Estamos en la III guerra mundial, guerra transversal o vertical, cómo más guste. Los de arriba contra los de abajo o las élites contra el pueblo soberano.
Si alguien quiere saber exactamente lo que nos están haciendo, recomiendo leer el Informe Kissinger de abril de 1973 titulado “Armas silenciosas para guerras tranquilas”.
Esto lleva planeado hace mucho tiempo. Los políticos, todos, son meros títeres a las ordenes de esas élites y, no se equivoquen, totalmente reemplazables.
Nadie nos va a salvar.
¿Se han dado cuenta de que los países supuestamente más “democráticos” ahora son los más dictatoriales? Canada, Austria, Australia, Nueva Zelanda, …
Ojalá algún día se pueda demostrar los millones de dólares que han cobrado todos los títeres del mundo para destruir la Humanidad con todas sus llamadas “agendas”.
Estimada Victoria
Leeré el informe Kissinger del que me habla; promete ser muy interesante.
A mí también me resulta tremendo que en países con una larga trayectoria democrática estén dándose unos ataques tan virulentos contra los derechos ciudadanos. Esto sólo demuestra que uno no se puede dormir en los laureles y que hay que estar siempre alerta ante cualquier atisbo de ataque a las libertades. Éstas hay que ganárselas cada día y no darlas por supuestas.
Le agradezco su comentario.
Un saludo