• Escrito por Fernando López-Mirones, biólogo y divulgador científico
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Descanse en paz, Juan Pablo Colmenarejo

Ayer os conté que este famoso periodista de 54 años era profesor de periodismo en la misma universidad que yo e impartimos el mismo día que ocurrió, el martes, en plena mesa redonda con Victoria Prego en el salón de actos de la universidad.

Empezó a sentirse mal y a sufrir convulsiones en pleno evento. Los servicios sanitarios se lo llevaron ya en parada cardiorrespiratoria.

Están diciendo “derrame cerebral” no sé si para despistar, pero sepan ustedes que es lo mismo que un ICTUS.

Como siempre no se quiere hablar de repentinitis. Me escandaliza el silencio cómplice de sus compañeros.

Yo no pienso callarme, las falsas vacunas producen infartos cerebrales en gente muy joven, la epidemiología está asombrada del aumento exponencial de casos.

Otra opción es mirar para otro lado, ponerse de perfil, hacerse el amigo ofendido y seguir siendo cómplices de la industria farmacéutica y sus esbirros. Yo lo tengo claro.

La mejor lección de un periodista es que hay que buscar la verdad aunque esta sea incómoda. Vamos a ver si quedan periodistas en COPE o todos se ponen a silbar por órdenes de arriba.

Un abrazo a su familia. Un aullido