• La opinión de Alberto García Freire
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NORMALIDAD IMPUESTA

Siguiendo las doctrinas de la agenda multicolor, pretenden convencernos de que las cosas que antes eran excepcionales o raras, ahora son normales.

Por ejemplo, quieren que creamos que el aborto es algo normal. Con esta frase no busco crear polémica, que bastante tenemos ya. En mi opinión el aborto no es un derecho… pero tampoco un delito, no se puede prohibir… pero tampoco se puede promocionar.

El aborto es un procedimiento médico, muy traumático, por el que algunas mujeres tienen que pasar. Hay casos en que está recomendado por el especialista que hace el seguimiento del embarazo, y la mujer que se enfrenta a esa situación sufre mucho.

Este es un tema sobre el que no se puede generalizar. Y no me hablen de ética, porque en demasiadas ocasiones las mismas personas que dedican mucha energía a defender la vida de los niños antes de nacer, luego desaparecen cuando los menores sufren abusos de todo tipo.

Me gustaría ver la misma vehemencia tanto en el caso del aborto como en el caso de los abusos.También pretenden hacernos creer que ciertas prácticas sexuales son normales.

Parece que la intención es cambiar la educación sexual por “iniciación a la pornografía”. Ustedes me comprenderán: una cosa es el sexo, algo natural y sano, y otra la pornografía, un producto audiovisual destinado a corromper nuestra integridad física y mental.

Por supuesto, se pueden experimentar distintas formas de placer, siempre que las personas implicadas disfruten y no se sientan obligadas a hacer algo que no desean.

A partir de ahí, como ejemplo, me puede parecer normal que un hombre sienta amor por otro hombre, el amor es universal. Pero que no esperen que me parezca normal lo que gusten de hacer en la alcoba.

Hay personas a las que, por su actitud ante la vida o por sus costumbres, se les considera raras, pero esas personas no se ofenden porque no les consideren normales. Al contrario, ostentan con orgullo su rareza.

Quién necesita que la sociedad reconozca su actitud o sus costumbres como normales y en caso contrario se ofende, quizá es que no está muy convencido consigo mismo.

Por otra parte, se va imponiendo como normalidad que todos sepamos lo mismo sobre las mismas cosas y repitamos lo que dice la televisión.

Son muy recurrentes los chistes y gracias sobre el amigo o familiar que pretende saber un poco más que los demás.

Si mientras otros disfrutan viendo partidos de futbol, series de televisión o programas de cotilleo, usted prefiere, por que le gusta, buscar información sobre temas que le interesan para aprender cosas nuevas… ¡no se le ocurra demostrarlo en público!.

El que da una explicación más detallada acerca de un tema que se trata de forma superficial, está incordiando. Quién osa compartir sus conocimientos en una tertulia de opiniones acotadas, molesta. Merece la burla y el menosprecio aquel que se atreve a perturbar la Ignorancia Homogénea. Vaya panorama.