• Escrito por Teresita Ávila, colaboradora habitual de #EuskalNews
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“¿Es la guerra? … ¡Es la guerra!” – Teresita Ávila

P.P.- En realidad, doctor, tanto el Bisa, como el Abue y el Padre, lo que querían era que yo fuese un buen soldado así que llegara mi guerra.

DR.- Pero ¿es que a la fuerza tenías que hacer tú otra guerra?

P. P.- Por lo visto, sí señor, eso decían, que yo me recuerdo al Abue: todos tenemos una guerra como todos tenemos una mujer, ¿se da cuenta? O sea, para que usted se entere, cada vez que pasábamos por Telégrafos, donde el Isauro, el Bisa la misma copla: ¡Qué Isauro! ¿No llegó la guerra de éste? Que el Isauro, a ver, aún no hay noticias, señor Vendiano; ya le avisaré.

Miguel Delibes, Las guerras de nuestros antepasados.

“¡Qué tontería! Guerra, guerra, guerra. ¡Ese tema está echando a perder todas las fiestas de la temporada!” -decía la inolvidable Scarlett O´Hara en la escena que abría Lo que el viento se llevó-. No son las fechas más adecuadas para amargárselas al respetable. Tenemos un empacho prolongado, una digestión pesada, con tanta noticia acumulada en vena, cual colesterol del malo. ¿Hay motivos para una tregua optimista? … Ojalá los hubiera. Los medios echan humo y, últimamente, Twitter se ha convertido en el campo de batalla con un enorme arsenal de material explosivo. No hay sosiego posible. Recientemente, el Fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, publicaba la transcripción completa de la declaración de Anthony Fauci, director del NIAID de los EE. UU., quien ante las preguntas de la fiscalía sobre los correos que este había enviado, decisiones que había tomado, así como otras informaciones relevantes que debía conocer por su directa implicación, respondió hasta en 174 ocasiones “no recuerdo”:

Decididamente, la partida del Risk: Dominación Global se está poniendo interesante. Los tapones que obturaban la salida y difusión de contenido sensible se están eliminando poco a poco por obra y gracia de Elon Musk, actual CEO de la célebre compañía del pájaro azul, que domina con maestría la técnica del suspense.

Les insto a escuchar atentamente a la eurodiputada alemana Christine Anderson cuando pronuncia estas palabras: “En toda la historia de la humanidad nunca ha habido una élite política sinceramente preocupada por el bienestar de la gente común. ¿Qué nos hace pensar, a cualquiera de nosotros, que ahora es diferente? Si la era de la Ilustración ha traído algo, entonces es ciertamente esto: Nunca tome nada de lo que un gobierno le diga al pie de la letra. Siempre cuestione todo lo que cualquier gobierno hace o no. Siempre busque los motivos ocultos y siempre pregunte: Cui bono“.

Otro tapón eliminado concierne a Hunter Biden cuyos turbios negocios no solo atañen a perversiones reveladas en su famosísimo laptop, sino a la financiación de laboratorios de armas biológicas en Ucrania por parte del Pentágono, como recoge eleconomista.com. De este modo, el impulso a la tesis de los experimentos de ganancia en función cobraría fuerza, a no ser que se trate de un trampantojo más y sea una tapadera para desviar y ocultar fondos en países con escaso control. Así es como Michael P. Senger analiza los acontecimientos, otorgando credibilidad al planteamiento de JJ Couey, uno de los fundadores originales de DRASTIC, un grupo de base reunido para investigar los orígenes de SARS-CoV-2, que renunciaría a la teoría de la fuga de laboratorio, diciendo que ahora cree que la teoría de las filtraciones representa una especie de oposición controlada o “doble farol” para perpetuar el estado de emergencia pandémico. Antes que él, otros han hablado del “fraude corona” al señalar la ausencia de cultivo del SARS-CoV-2 -como siempre sostuvo Christine Massey-. En España, igualmente, se solicitaron varios datos al Ministerio de Sanidad, que respondió de forma ambigua.^[1]

La brecha entre defensores de la existencia de un virus (modificado o no, partidarios de una fuga intencionada de laboratorio o accidental) y detractores de la misma amenaza con desangrar al movimiento crítico con la narrativa oficial, que se atrinchera, sin fisuras. De ello se ha quejado la periodista Celia Farber en una de sus publicaciones a través de la plataforma Substack: How Movements Die; They Become Sad. The Covid Truth Movement Has Probably Become Splintered by Infiltration And Accusation. Disgustada por los inexplicables disparos con fuego amigo, a punto estuvo de eliminar la entrada. Sin embargo, reconsideró su postura y la mantuvo por su coherencia en la defensa de la verdad (no en vano, su publicación se articula bajo el lema “The Truth Barrier”). Les resumo la controversia: El filántropo y empresario Steve Kirsch acusa a la investigadora Poornima Wagh (que aparece como coautora de varios estudios relacionados con el cáncer de mama) de mentir en su titulación académica y en su teoría sobre la inexistencia del virus basándose en la investigación de Eric Coppolino (un reportero de investigación estadounidense). Farber, inquieta por el señalamiento hacia Wagh, se pregunta por qué motivo está siendo enfocada como un enemigo a batir, habiendo otras figuras mediáticas surgidas al calor de la era covid a las que, sin embargo, se las deja en paz. Y como remate a sus reflexiones, la periodista concluye con amargura:

Les digo, ya he pasado por esto antes, cuando los movimientos son corrompidos por los ritos de purificación y pierden su coherencia, se produce una especie de desmoronamiento. ¿Puede la “verdad” corromper un movimiento por la verdad?

Sí.

No hay guerra sin prisioneros. Había leído en cuanto salió la publicación de Michael P. Senger, No, Lockdown Instigators Do Not Deserve the Benefit of the Doubt (No, los instigadores del confinamiento no merecen el beneficio de la duda) cuyo certero análisis de los daños causados por los encierros masivos -calificados como acciones criminales, pues fueron promovidos a sabiendas de las consecuencias que acarrearían- no puedo por menos que recomendarles. Senger cita como uno de los responsables directos al exsecretario general adjunto de la ONU, Ramesh Thakur, que había documentado con escrupuloso detalle, los daños que causarían los bloqueos (…) y se informaron en el momento en que se adoptaron por primera vez como política a principios de 2020. Estos incluían estimaciones precisas de muertes masivas debido a operaciones médicas retrasadas, una crisis de salud mental, sobredosis de drogas, una recesión económica, pobreza global, hambre e inanición.

El autor de Snake Oil no entiende la promoción de los cierres por parte de autoridades científicas, medios, profesionales de la salud, militares y otros: Un informe reveló más tarde que los líderes militares vieron esto como una oportunidad única para probar técnicas de propaganda en el público, moldeando y “explotando” información para reforzar los mensajes del gobierno sobre el virus. Los científicos disidentes fueron silenciados. Los equipos de operaciones psicológicas implementaron campañas de miedo en su propia gente en una campaña de tierra arrasada para impulsar el consentimiento para los bloqueos.

Como enumera Michael P. Senger, las consecuencias de estas medidas han sido devastadoras: la pérdida de derechos humanos, el retroceso en lo económico y en la educación, la mayor transferencia de riqueza jamás vista a manos de millonarios y sus satélites, la muerte por desatención de un elevado número de personas, niños entre ellos… ¿Ventajas para quiénes? ¿Cui bono? … Y no sé si ustedes se habrán preguntado acerca de la intención de mantener en prisión domiciliaria a tantos millones de personas en los continentes del primer mundo… ¿Qué estaban haciendo mientras tanto? …

El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS) no ha escatimado recursos a la hora de combatir la desinformación. Recomiendo poner su atención en los datos que los periodistas Ken Klippenstein y Lee Fang proporcionan en theintercept.com: POLICÍAS DE LA VERDAD. Documentos filtrados describen los planes del DHS para controlar la desinformación: Según un borrador de la Revisión cuatrienal de seguridad nacional del DHS, el informe final del DHS que describe la estrategia y las prioridades del departamento en los próximos años, el departamento planea apuntar a la “información inexacta” sobre una amplia gama de temas, incluidos “los orígenes del COVID-19″. La pandemia del 19 y la eficacia de las vacunas contra el COVID-19, la justicia racial, la retirada de EE. UU. de Afganistán y la naturaleza del apoyo de EE. UU. a Ucrania”.

La guerra tuvo un comienzo y su crónica la escribió Michael P. Senger: Campaña de propaganda de bloqueo global de China. Desconozco si es consciente de que el relato covid –la biblia covid- podría tener un génesis tomando literalmente el primer párrafo de su artículo:

En palabras de Simon Leys, parafraseando al gran sinólogo László Ladány, incluso la propaganda más mendaz debe tener necesariamente alguna relación con la verdad. En Wuhan, a fines de diciembre, el Dr. Li Wenliang advirtió a sus amigos que una nueva enfermedad similar al SARS había comenzado a propagarse rápidamente. El mensaje de Li, sin darse cuenta, se volvió viral en las redes sociales chinas, lo que provocó un pánico generalizado y la ira contra el Partido Comunista Chino. El 7 de enero, Xi Jinping informó a su círculo íntimo que la situación en Wuhan requeriría su supervisión personal.

«Todo arte de la guerra se basa en el engaño».

«Debemos fingir debilidad, para que el enemigo se pierda en la arrogancia».

(Sun Tzu, El Arte de la Guerra)

^[1] Con fecha 22 de julio de 2021, tuvo entrada en la Unidad de Información de Transparencia del Ministerio de Sanidad, su solicitud de acceso a la información pública al amparo de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la información pública y Buen gobierno, solicitud que quedó registrada con el número 001-059144.

El Ministerio de Sanidad no dispone de cultivo de SARS-CoV-2 para ensayos, y no tiene un registro de los laboratorios con capacidad de cultivo y aislamiento para ensayos.

https://www.newtral.es/wp-content/uploads/2021/10/documento-sanidad-coronavirus.pdf?x26728