A Pfizerico se le está yendo. No tanto como a Biden, pero parece que va en camino. Para explicarlo vamos a ir unos días atrás, ya que el orden cronológico de los hechos es vital para entender que la pena que da Pfizerico se va agrandando día a día. Días atrás nos hicimos eco de la censura existente en el periódico de Pfizerico Jiménez Losantos, Libertad Digital (¿Libertad?). Primero censuraron un estupendo artículo de Fray Josepho, colaborador del medio desde 2004. Al de pocas horas decidieron prescindir de él. Parece que el medio de Pfizerico, quien no duda en dar voz a vacunazis como Isabel San Sebastián, decidió que opiniones como las de Fray Josepho no son publicables en su “periódico” (sí, entre comillas). Fue el propio Fray Josepho quien lo ha adelantó a través de sus redes sociales:

La deriva vacunazi tanto de Pfizerico a título personal como de los medios que él dirige o es propietario, ha hecho que se haya visto (o creído) en la obligación de silenciar por completo cualquier opinión disidente. En otras palabras, que le despidió por tener la valentía de dudar de la eficacia de unos medicamentos experimentales que, según los propios datos ofrecidos por el oficialismo, no inmunizan a quien se inocula, ni tampoco impiden el contagio a terceros. La verdad es que no entendíamos cómo todavía no se lo habían ‘cargao’. Mejor dicho, como Pfizerico no se lo había ‘cargao’. Resultaba muy extraño que alguien que no se ha vendido al establishment y que habla tan claro… tuviese voz, todavía, en un periódico como Libertad Digital (ya está siendo bautizado como Censura Digital).

Lo mejor de todo es que, viendo las numerosas críticas que ha recibido tanto por despedir a Fray Josepho como por sus insultos a aquellos que tenemos algo más de cerebro que quienes le aplauden como focas sus sandeces, Pfizerico ha comenzado una campaña de eso que tanto ha criticado a la izquierda en el pasado: hacerse la víctima.

Lo ha hecho a través de EsRadio, con noticias ridículas publicadas en Censura Digital, a través de la voz de los “periodistas” (sí, entre comillas, aunque alguno se salva) que tiene a sueldo… incluso con el apoyo casi unánime de la clase política. Al parecer, según él, no de todos, ya que ha arremetido contra Santiago Abascal (VOX) por no haberle defendido: “El valor lo dejó en Amurrio”.

https://twitter.com/ArturoVilla_/status/1442789328166522880?s=19

Resulta gracioso ver que no solo es un vacunazi, sino que también es un hipócrita. Critica a la izquierda (no afirmamos que dichas críticas no estén justificadas)… mientras él hace exactamente lo mismo. Y encima hace unos días se atrevió a marcarse un ridículo speech que nadie compró, viendo todos los comentarios negativos que tiene (prácticamente todos). En definitiva: tal y como afirma César Vidal, empieza a “chochear”. Como Biden (este último no empieza ahora, sino que nació así).

Cabe a destacar que en esta deriva vacunazi, Pfizerico ha contado con un fiel escudero: el poco creíble Luis del Pino (también conocido como Luis del Timo), bloqueador máximo en Twitter. A nosotros nos tiene bloqueados, por supuesto. Es más, ayer bloqueó a la periodista Cristina Seguí por su estupendo artículo publicado en un digital liberal.

Por razones como las expuestas anteriormente, la audiencia va dando la espalda a Pfizerico. Sus vídeos, antes muy compartidos tanto en YouTube como en las principales redes sociales, ahora no cuentan ni con la mitad de visualizaciones que antes del comienzo de su deriva vacunazi. Los vídeos, llenos de comentarios negativos y con muchas marcas negativas en los mismos.

Incluso un pequeño grupo de ciudadanos (el promotor ha sido Pedro Rosillo, más conocido como ‘El Arconte’) ha decidido ir más allá, protestando frente a la sede de EsRadio bajo una estupenda pancarta que informa a Pfizerico sobre eso en lo que se ha convertido, es decir, en un “tirano”.

Lo más gracioso de todo, al margen de las nuevas patéticas victimizaciones a las que se ha vuelto a abonar Pfizerico, ha sido lo siguiente: resulta que el subdirector de Libertad Digital ha tenido la desfachatez de intentar vincular a Fray Josepho con los “bebelejías” que protestaban frente a la sede de EsRadio. Evidentemente, tras leer las interacciones de su tweet, nadie le ha creído:

Dicho esto, para reflexionar y entender la pena que da el periódico de Pfizerico (sí, hablamos de Censura Digital), volvemos a compartir el artículo completo de Fray Josepho, el cual supuso que Pfizerico borrara su contacto del teléfono móvil:

Redacción de euskalnews.com