- La opinión de Isabel Laiseka
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“NAVIDADES TEÑIDAS DE SANGRE DE INOCENTES”
Los incas realizaban la llamada “CAPACOCHA”, en la cual sacrificaban a niños y niñas en los nevados más altos del imperio. ¿La razón? Deseaban evitar las catástrofes naturales, así como honrar la muerte de un “gobernante Inca”.
Ahora pretendéis sacrificar a los niños y utilizarlos como cobayas para proteger a los mayores y a vosotros mismos. Se ha dicho por activa y pasiva que en las estadísticas es de carácter irrisorio e ínfimo, cuyos datos son de 0,00005% el riesgo de morir por esta enfermedad. Con esta vacuna, el riesgo de morir supera al beneficio. “Lo sabéis”. No lo digo yo, sino sanidad. Es más, vosotros no os vacunáis por la humanidad o por acabar con la pandemia. ¡Mentira! Las personas os habéis vacunado por miedo de acabar en una uci intubado o de morir .
Y si tu piensas que estas protegido, para que quieres que yo me pinche, si los dos podemos contagiar. También te digo que, si piensas que no estás protegido porque yo no me he pinchado, para qué quieres que me ponga ese tratamiento que tampoco me protege a mi, ya que es el mismo que el tuyo.
El termino de vacuna se modificó. No se habla de la inmunidad, sino de protección. No hay forma de conseguir la inmunidad de rebaño, esa teoría de la que se les llena la boca a tantos gobernantes.
Urkullu, que pronto olvidada “el bombardeo de Guernica” tiraban bombas a las escuelas, sabemos por qué y la historia se repite.
“No tenéis corazón, ni entrañas”.
Isabel Laiseka García
