Una profesora de una universidad alemana afirma que los “antivacunas” están mejor informados que los “vacunados”
En Alemania alrededor de un 70 por cien de la población está vacunada y el 30 por cien no lo está. Entre los vacunados, alrededor del 40 por cien no lo hizo porque creyera en las bondades sanitarias de las inoculaciones, sino porque se vio obligado a hacerlo para poder trabajar y moverse libremente, según informan nuestros compañeros de mpr21.
Los que no están vacunados no sólo están mejor informados, sino que nunca se convencerán de vacunarse, según la profesora alemana Ulrike Guerot, de la Universidad de Bonn. Es coautora de un manifiesto que pretende acabar con la discriminación de las personas no vacunadas. La vacunación obligatoria se está introduciendo en Alemania y Austria a través de la puerta trasera, permitiendo que sólo los vacunados y curados participen en la sociedad.
“La pandemia ha dividido absolutamente a la sociedad, hay un proceso de clasificación: sólo invitas a tu casa a comer espaguetis y vino a personas que están en la misma longitud de onda con respecto al coronavirus. De hecho, ya no tengo ningún amigo de la política de covid Cero, pero sí me rodeo de mucha gente que, como yo, es crítica con las medidas”, dice Guerot.
“Especialmente en público, ya no tenemos discusiones sobre los hechos en absoluto. La denigración de los pensadores laterales, personas que deberían ser realmente bienvenidas en una democracia, ha hecho que nadie se atreva a hablar como crítico de la política del coronavirus. El resultado ha sido un techo de opinión completamente cerrado: las medidas son buenas, y quien se oponga a ellas es un ‘negacionista’ y, además, de derechas. Es una evolución muy peligrosa”, afirma Guerot.
“Desde el comienzo de la pandemia, el enfoque se ha desplazado cada vez más. Al principio se trataba de proteger a los grupos de riesgo, ahora se crean instrumentos de control para excluir de la vida pública a las personas no vacunadas. ¿Quién garantiza que esto se acabará cuando se haya eliminado el peligro?”.
“Cuando los políticos me piden que me vacune y, por lo tanto, que lleve un pasaporte digital de vacunación en los espacios públicos, me gustaría que me aclararan previamente las siguientes preguntas, por las que personalmente me juego mi disposición a vacunarme y a ser titular del pasaporte sanitario: ¿Cuáles son los criterios para acabar con la emergencia epidémica? Y lo que es más importante: ¿se acabará la regla 2-G [vacunados o curados] cuando se acabe o se controle el coronavirus, no se pueda informar del colapso hospitalario, no se pueda registrar un exceso de mortalidad relacionado con el coronavirus?”
“¿O se mantendrá el pasaporte digital? ¿Hay una siguiente fase? ¿Recogerá pronto otros datos que limitarán mi participación en la sociedad? ¿Se documentarán también otras vacunas en el futuro, o se puede ir al cine con la gripe pero no con el coronavirus? ¿Me indicará pronto si tengo una temperatura ligeramente elevada, herpes…?”
Excelente noticia. Desde el anuncio de las vacunas he seguido prensa alternativa y es evidente la cantidad de sesgo que existe en los medios “oficiales”, desde la OMS hasta la prensa cómplice. Antes me vacunaba regularmente contra influenza, pero la actual situación ha destruido todas las confianzas que alguna vez le tuve a los sistemas de salud.