Los vascos somo unos parguelas de campeonato y eso es un hecho que en pleno siglo XXI no podemos negar. Hasta nosotros (los que tenemos los ojos abiertos) lo somos en cierta manera, ya que dejamos que los covidianos nos superen a pesar de que viven absolutamente alejados de la realidad y su discurso es, cuando menos, poco creíble. De hecho, salvo la gente de los Mizelios y las asociaciones vinculadas a Bizitza Plataforma, nadie hace nada. De otra manera, no se entendería como estamos soportando (y la mayoría, casi que aplaudiendo) cada vez que Urkullusolini saca a relucir sus tics dictatoriales. Y es que, los tics dictatoriales del Dictador de Ajuria Enea son el pan de cada día en Euskadi.

Resulta que la propuesta de Castilla-La Mancha (de un Page intentando obtener rédito político, aunque eso es lo de menos aquí) de que en junio deje de ser obligatorio el uso de la mascarilla en espacios públicos al aire libre (a nuestro juicio no es obligatoria, tal y cómo hemos mencionado en incontables ocasiones) no ha gustado en Ajuria Enea.

De hecho, el tirano de Alonsotegi no ha dudado en afirmar que el uso de la mascarilla va a ser «necesaria» por «mucho tiempo». De hecho, no sabemos por qué, pero a diferencia de los jetas jeltzales que se saltaban las restricciones que ellos imponían a la ciudadanía durante un acto en la Fundación Sabino Arana, a Urkullusolini le encantan las mascarillas. Para los vascos y para él, ya que desde hace mucho tiempo que no se la quita. Se está calcando un Biden… bueno, el jeta de Biden casi que no se la pone desde que es el Commander in Chief menos legítimo de la historia estadounidense.

Cómo no, el pequeño dictador ha querido lavarse las manos recordando que su supuesta obligatoriedad emana de una orden del Ministerio de Sanidad y que cualquier cambio al respecto debería ser adoptado en el Consejo Interterritorial. Pero vamos, que está a favor de seguir imponiéndola hasta el fin de nuestros días y de enviar a miles de ertzainas a dedicarse a acosar a los vascos que no la llevamos. Sí, solo la llevamos en el interior de tiendas y en breve dejaremos de hacerlo. Si los comercios siguen exigiéndola, dejaremos de comprar en ellos. Así de simple.

Asimismo, el tirano que a pesar de hacerse numerosos toques estéticos no consigue apaciguar la amplia amargura que proyecta su rostro, ha vuelto a la senda del lloro apuntando a Pedro Sánchez, el Presidente del Falcon. A su juicio, el mantenimiento del estado de alarma habría hecho que la situación epidemiológica ahora fuera mejor, entre otras cosas porque se habría ayudado a mantener una «percepción social generalizada de que se sigue en pandemia». En otras palabras, que Urkullusolini sigue picadísimo con Falconetti.

Redacción de euskalnews.com